domingo, 29 de marzo de 2009

OSTEOCONDRITIS, DOLOR EN EL PECHO QUE CAUSA ALARMA

Las dolencias torácicas son causa frecuente de sobresaltos y visitas a centros hospitalarios, ya que nos remiten a la posibilidad de sufrir un ataque al corazón. Lo cierto es que este síntoma puede presentarse en muchas ocasiones por problemas notablemente más benévolos, como osteocondritis.

Los informes obtenidos en distintos países coinciden en que las molestias en el pecho son responsables de aproximadamente 5% de las consultas totales en los servicios de urgencias en clínicas y hospitales, y que estos eventos, además de causar gran angustia entre los pacientes y sus familiares, obligan a que el personal médico se encuentre capacitado para efectuar diagnósticos certeros con prontitud.

Cierto es que muchas dolencias en la parte alta del tronco se vinculan a la posibilidad de sufrir un infarto al miocardio, es decir, la suspensión en el suministro de sangre y oxígeno al músculo cardiaco que ocasiona la muerte de millones de personas al año, pero existen muchos otros motivos de distinto nivel de gravedad que pueden desencadenar este síntoma, como problemas digestivos, cuadros de ansiedad, infecciones respiratorias y padecimientos músculo-esqueléticos.

Dentro de este último rubro encontramos a la osteocondritis, también llamada síndrome de Títese o condritis esternocostal, que es la inflamación de los cartílagos que unen a las costillas con el esternón (hueso plano situado en la parte central del pecho) y que representa un problema relativamente común en jóvenes y adultos, a la vez que poco frecuente en niños menores de 10 años.

Padecimiento reumático
Si observamos la anatomía del tórax con detenimiento podremos notar que las costillas y el esternón forman una protección muy sólida, pero también que esta “coraza interna” puede expandirse para permitir que los pulmones aumenten de volumen durante la respiración. La estructura que permite dicho ajuste de tamaño es la articulación condroesternal, donde se localiza el cartílago costal.

Este tejido suave, flexible y resistente es el que se inflama cuando se presenta osteocondritis, aunque siendo más precisos podemos decir que dicha lesión se denomina costocondritis cuando sucede en la porción del cartílago costal que se une a la costilla, y esternocondritis en caso de que el padecimiento se presente en la zona próxima al esternón.

En ocasiones se ignora la causa exacta de este padecimiento, pero en muchas otras se asocia a:

  • Golpes o presión en la región de las costillas. Cargar objetos pesados, hacer algún esfuerzo físico importante y sufrir caídas o choques accidentales al practicar deportes suelen ser causa de dolor en el pecho.
  • Dormir en posiciones incómodas. Descansar sólo sobre un costado o boca abajo puede ocasionar presión extra en la caja torácica, haciendo más difícil su expansión, afectando a los cartílagos.
  • Tuberculosis. Es una infección en vías respiratorias causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis ; genera tos persistente, fiebre, escalofríos, fatiga y pérdida de peso, pero en ocasiones también afecta a las articulaciones (tuberculosis osteoarticular, condropatía tuberosa).
  • Aunque menos frecuente, la osteocondritis también se presenta en quienes padecen enfermedades sistémicas (afectan a varios órganos del organismo) relacionadas con inflamación, como artritis reumatoide (dolor, entumecimiento e hinchazón de articulaciones), artritis psoriática (idéntica a la anterior, pero asociada a manchas rojas en la piel) y lupus eritrematoso sistémico (cuando las defensas del organismo sufren alteración y atacan a tejidos propios, como tendones y cartílagos).

La queja más común que reportan los pacientes es, sin duda, dolor en el pecho, que puede ser leve y durar sólo un par de días, o tan severo y persistente que la recuperación tarda varias semanas. Asimismo, las molestias pueden presentarse de manera gradual o repentina, y aunque por lo regular se restringen al área de las costillas superiores, llega a irradiarse (extenderse) a los brazos y hombros, generando angustia en quien lo experimenta por creer que se encuentra ante un evento cardiaco inminente.

Sin embargo, cabe señalar que el dolor característico de osteocondritis es de origen articular o reumático, por lo que suele manifestarse o aumentar de intensidad con el movimiento (resulta particularmente incómodo estornudar, toser o levantar objetos) e incluso con el incremento de tensión emocional o estrés, ya que conllevan la tensión de distintos músculos en el pecho.

En cambio, un ataque cardiaco, además de presentarse con molestia similar a compresión en el pecho, se acompaña de náuseas, mareo, sudoración, pulso acelerado, dificultad respiratoria y sensación inminente de muerte. También debe tomarse en cuenta que dicho evento depende de varios factores de riesgo, como consumo de tabaco o drogas, colesterol elevado, presión sanguínea alta y diabetes (altos niveles de azúcar en sangre por deficiente o nula producción de insulina).

Pronóstico favorable
Es común que el médico familiar determine la presencia de casos leves o moderados de osteocondritis en el consultorio mediante la elaboración de historial médico y exploración física; durante esta última, el paciente reporta dolor cuando se ejerce presión sobre la articulación condroesternal, al girar la cintura o cuello y mientras mueve los brazos.

Sin embargo, cabe mencionar que los casos severos y que generan dolor súbito son remitidos a urgencias, ante todo por el temor de que las molestias en la zona del pecho sean síntoma de otras condiciones de suma gravedad, como infarto, obstrucción de las vías sanguíneas que alimentan a los pulmones (trombosis pulmonar) o ruptura del esófago.

Cuando el paciente ingresa al servicio de emergencias es interrogado por el personal médico tanto para conocer sus síntomas como para detectar si hay alguna alteración en su estado de conciencia; también es obligatoria la medición de presión arterial, frecuencia cardiaca y respiratoria, además de que se llegan a tomar temperatura, rayos X y muestras de sangre, sin descartar la exploración de la región abdominal. En ocasiones el diagnóstico de osteocondritis se confirma mediante la aplicación de pequeña dosis de anestesia o analgésicos (infiltración) en la conexión entre el cartílago y el hueso, con lo que se suspende el malestar.

El tratamiento de recuperación dura en promedio de 2 a 4 semanas, y consta de las siguientes medidas.

  • Si el paciente presenta alguna enfermedad respiratoria que generan tos o estornudos, ésta deberá tratarse para prevenir la expansión involuntaria y violenta del tórax.
  • No se deben levantar o empujar objetos pesados, y es aconsejable no recostarse ni dormir sobre el lado afectado.
  • En ocasiones puede ser útil aplicar vendaje torácico para ayudar a la recuperación de la caja torácica.
  • Algunos médicos recomiendan la práctica de ejercicios que consisten en respiraciones lentas y profundas o movimientos con los brazos, ya que pueden ayudar a los cartílagos.
  • Las molestias pueden ser controladas con aplicación de hielo, anestesia local (xylocaína) o el consumo de algún analgésico de venta libre.
  • Cuando los síntomas son muy severos, es posible repetir la infiltración.

Por último, es importante subrayar que este problema, aunque suele generar un buen susto, se resuelve de manera favorable y no representa riesgo alguno para la salud de quien lo padece, aunque cuando se relaciona con enfermedades como tuberculosis o lupus (ataque de las defensas del organismo a sus tejidos propios), su erradicación depende del tratamiento del padecimiento de origen.

http://www.saludymedicinas.com.mx/nota.asp?id=1872

OSTEOCONDRITIS DISECANTE DEL ASTRALAGO
Se realizó una revisión bibliográfica y actualización de la osteocondritis disecante del astrágalo. El objetivo de este trabajo es profundizar en las nuevas técnicas diagnósticas y quirúrgicas utilizadas en esta afección. Desde el punto de vista diagnóstico se hace énfasis en el examen tomográfico, resonancia magnética nuclear y artroscópico. El tratamiento quirúrgico puede ser artroscópico o mediante artrotomía y se ofrecen resultados de varios autores según las técnicas quirúrgicas.




OSTEOCONDRITIS DISECANTE, ASTRÁGALO; OSTEOCONDRITIS



INTRODUCCIÓN

El término osteocondritis disecante fue introducido en la literatura por Röning en el año 1888 como una afección de la rodilla caracterizada por el desprendimiento de un fragmento de hueso subcondral y cartílago articular que puede o no convertirse en un cuerpo libre articular. Posteriormente Kappis aplicó este término a la articulación del tobillo. 1-3
Aunque la verdadera causa de esta afección permanece en discusión, la inflamación no ha demostrado ser un factor significativo, por esta razón algunos autores prefieren llamarla “ lesión osteocondral”.
La osteocondritis disecante del astrágalo no es una lesión frecuente, nos proponemos la realización de este trabajo para profundizar nuestros conocimientos en el tema.
Existe una serie de afecciones que se pueden confundir con la osteocondritis disecante, por ejemplo: la fractura osteocondral, la osteocondrosis y displasia epifisiaria hereditaria.
Aunque la mayoría de los autores coinciden en que la causa más aceptada es la traumática, esto no ha sido completamente demostrado. Existen otras hipótesis como alteraciones óseas y cartilaginosas, alteraciones endocrinas isquémicas y alteraciones genéticas 1-6
Desde el punto de vista práctico la osteocondritis del astrágalo puede ser de dos tipos, laterales y mediales. Las laterales son generalmente de causa traumática por un mecanismo de inversión y dorsiflexión, se localiza en la región anterolateral del astrágalo, son superficiales, tienen varios síntomas y los cambios degenerativos son muy frecuentes. En las osteocondritis mediales la causa es generalmente atraumática y en ocasiones traumáticas por un mecanismo de inversión, flexión plantar y rotación lateral de la tibia sobre el astrágalo, se localizan en la región posteromedial, son lesiones profundas en forma de cúpula, los síntomas son escasos y los cambios osteoartríticos son poco frecuentes. (tabla 1)


Cuadro clínico

Existen dos formas de presentación clínicas de esta entidad; trauma agudo por inversión del tobillo y dolor o inestabilidad persistente que no responde al tratamiento conservador. 1-4
El síntoma fundamental es el dolor localizado a nivel de la región afectada y acompañado de episodios de inflamación, además el paciente puede referir bloqueo e inestabilidad de la articulación del tobillo. Al examen físico en pacientes con lesiones posteromediales se encuentra dolor a la palpación, especialmente con el tobillo en dorsiflexión en el área posterior al maléolo medial. Cuando la afección es anterolateral se encuentra dolor lateral a la palpación con el tobillo en flexión plantar, la crepitación se detecta en movimientos activos o pasivos de la articulación, además puede detectarse hiperlaxitud asociada. 1,4,6





EXÁMENES IMAGENOLÓGICOS



Radiografía simple: el examen radiológico simple incluye proyecciones en vista anteroposterior, lateral y de mortaja. Las lesiones posteromediales son mejor observadas en posición de flexión plantar, mientras que las anterolaterales en posición de dorsiflexión del tobillo. Siempre deben ser realizadas radiografías del tobillo anterolateral para detectar lesiones asintomáticas que pueden encontrarse de un 10 a un 25 % según plantea Stone. En ocasiones es necesario además realizar radiografías de estrés para detectar lesiones ligamentosas asociadas. 2,4,6
En el año 1959 Berndt y Harty propusieron una clasificación radiológica que aún es muy usada en nuestros días y que se divide en cuatro estadios (figura 1) 1,2,4

Estadio 1: área pequeña de compresión
Estadio 2: fragmento osteocondral ligeramente desprendido dentro de su propio cráter.
Estadio 3: fragmento completamente separado del hueso subcondral subyacente, pero se mantiene en su lugar, este es el estadio más frecuente.
Estadio 4: el fragmento está completamente desprendido y desplazado y constituye un cuerpo libre articular.

Esta clasificación desde nuestro punto de vista tiene un alto valor pronóstico y ayuda a definir conducta terapéutica en combinación con los elementos clínicos y localización anatómica.

Tomografía axial computarizada (TAC): es muy útil para determinar profundidad, tamaño, presencia o no de bordes escleróticos los cuales pueden impedir con su presencia, la revascularización. 2,9

Existe una clasificación tomográfica propuesta por Ferkel en el año 1996:

Estadio 1: lesión quística dentro de la cúpula del astrágalo, la raíz está intacta en todas las vistas.
Estadio IIA: lesión quística con comunicación a la superficie articular.
Estadio IIB: lesión abierta a la superficie articular con fragmentos no desplazados.
Estadio III: lesión no desplazada con imagen ecolúcida en su interior.
Estadio IV: fragmento desplazado.

La resonancia magnética nuclear (RMN) también ha sido utilizada en el diagnóstico de esta afección, esta técnica permite obtener múltiples imágenes sin el efecto de la radiación, pero no define la corteza ósea con tanta calidad como lo hace la TAC. Existe una clasificación de las osteocondritis según RMN propuesta por Anderson y colaboradores en el año 1989 que consiste en: 8-9
Estadio 1: compresión del hueso trabecular subcondral. Radiografías normales, Gammagrafia positiva.
Estadio 2: formación de quiste subcondral.
Estadio 2: separación incompleta del fragmento.
Estadio 3: fragmento desprendido dentro de su cráter, pero sin desplazamiento con presencia de líquido sinovial alrededor del fragmento.
Estadio 4: fragmento desplazado.

En ocasiones indicamos la gammagrafía ósea a través de la cual se puede observar el grado de actividad osteoblástica que esté en estrecha relación con el pronóstico de la afección.


TRATAMIENTO

El objetivo del tratamiento es permitir el relleno del defecto cartilaginoso y evitar de esta manera los cambios degenerativos precoces. El tratamiento conservador está indicado en los estadios I, II y III medial de Berndt y Harty, en este último está indicada la conducta expectante por sus escasos síntomas y probabilidad de cambios degenerativos. Esta modalidad de tratamiento consiste en la aplicación de un enyesado tipo bota con la suspensión del apoyo que puede durar un período de cuatro a seis meses, después de lo cual está indicado el tratamiento quirúrgico.
La intervención quirúrgica está indicada en los pacientes con lesiones del estadio anterior con persistencia de los síntomas, las lesiones en estadio III laterales y todas las del estadio IV. Puede intervenirse por vía artroscópica y por artrotomía. 4,6,10


ARTROSCOPIA

La artroscopia permite una adecuada visualización de toda la articulación y evita las complicaciones propias de la artrotomía, además este es un método que puede ser realizado de forma ambulatoria y la rehabilitación es mucho más rápida. Generalmente es utilizado un artroscopio de 2,7 mm, ya que los de 4 ó 5 mm son difíciles de maniobrar y los de 1.9 mm se doblan o rompen con mucha facilidad. Debe ser aplicado un mecanismo de distracción para la articulación del tobillo, de modo que permita la instrumentación artroscópica. Los portales más utilizados son el anterolateral, anteromedial y transmaleolar, a través de los cuales se puede realizar debridamiento y perforaciones. Pritsch y colaboradores plantean una clasificación artroscópica en tres grados:

Grado 1: cartílago que se observa intacto, brillante y firme.
Grado 2: cartílago reblandecido.
Grado 3: del pulgar hasta atrás. El tibial posterior se separa hacia delante exponiéndose de esta manera la zona dañada.

Existen una serie de técnicas quirúrgicas que pueden ser utilizadas tanto por vía artroscópica o por artrotomía:

1- Perforaciones: Las perforaciones múltiples de la lesión es frecuentemente recomendada para las lesiones intactas, aunque no existen evidencias científicas que la misma favorece la cicatrización. Las lesiones anterolaterales son de más fácil abordaje, mientras que las posteromediales necesitan osteotomía del maléolo tibial o la abertura de un orificio a través del mismo en caso de ser utilizada la artroscopia. En cualquiera de las técnicas utilizadas, el tobillo debe ser inmovilizado postoperatoriamente por un período de aproximadamente seis semanas.
2- Debridamiento: el debridamiento a los cuerpos libres secundarios a lesiones osteocondrales usualmente requiere la extirpación del fragmento. Los bordes de la lesión deben ser debridados hasta que se encuentre tejido sano, la base de la lesión sea viable y el hueso subcondral sangre. Desde el punto de vista postoperatorio se comienzan ejercicios tan temprano como se pueda. El apoyo del peso corporal se evita hasta al menos seis semanas.
3- Fijación interna de la lesión osteocondral: el candidato ideal para la fijación interna es un paciente joven con una lesión traumática aguda. Mientras más grande sea la lesión y el cartílago articular en buen estado mayor será el éxito de la fijación interna. Una de las grandes inquietudes de la fijación interna por una artroscópica o abierta es la necesidad de volver a reintervenir al paciente para retirar el medio de fijación. Por esta razón algunos autores no recomiendan esta modalidad de tratamiento. La fijación con Kinschner es menos segura que la realizada con tornillos, pero tiene la gran ventaja que pueden ser retirados de forma sencilla. Aunque se trabaja actualmente en el uso de pines reabsorbibles no se cuenta con la experiencia necesaria para recomendarlos. Según Kumai con esta técnica obtuvo 89 % de resultados buenos y 11 % evaluados de regular. El cuidado postoperatorio de estos pacientes es similar al resto.
4- Injerto óseo: aunque este método es muy utilizado en las lesiones osteocondrales de la rodilla no existen estudios que definan su uso en el astrágalo. El candidato más apropiado para este proceder es el paciente joven con una lesión desplazada que no responda al tratamiento conservador ni a otros procederes quirúrgicos como perforaciones, pero que mantienen congruente la superficie articular. Gautier obtuvo resultados excelentes o buenos en 11 pacientes. El injerto óseo fue extraído de la rodilla ipsilateral.

Lesión osteocondral asociada a inestabilidad ligamentaria:

El tratamiento de la lesión osteocondral asociado a inestabilidad ligamentosa es controversial. Cuando la lesión osteocondral es mayor de 1 cm y existe daño ligamentoso por inversión se recomienda el tratamiento quirúrgico de la lesión osteocondral y el tratamiento conservador de la lesión ligamentosa.
En pacientes con lesión osteocondral y ligamentosa crónica la decisión quirúrgica es más difícil. La rehabilitación de los dos procederes es diferente, las lesiones osteocondrales necesitan movilización temprana, mientras que la inestabilidad ligamentosa requiere de un período significativo de inmovilización. Generalmente se acepta la cirugía de la lesión osteocondral y luego de ser necesario se repara la lesión ligamentosa en un segundo proceder.cartílago fisurado o fragmentado.

La importancia de esta clasificación desde nuestro punto de vista es que define el pronóstico, según algunos autores no se correlaciona con los eventos radiológicos. Según Schuman la artroscopia en esta afección de acuerdo a la escala de Ogilvie Harris obtiene resultados excelentes o buenos en un 56 %. 4,11,13- 23


ARTROTOMÍA

Las lesiones laterales son fácilmente abordadas mediante la vía anterolateral. Sin embargo, las mediales son anatómicamente difíciles de abordar. Existe una serie de técnicas quirúrgicas. solo que elección depende de la habilidad del cirujano.

Técnicas quirúrgicas
Flick y Gould: a través de un abordaje dorsal se labra un túnel en el aspecto medial de la superficie articular de la tibia con un diámetro de 5.6 mm de ancho por 6.8 mm de profundidad a través del cual se tiene acceso a la región posteromedial.

Yocum: consiste en realizar un abordaje medial, labrar unos orificios en el maléolo tibial, después realizamos la osteotomía y se llega a la zona posteromedial, luego fijamos el maléolo con un tornillo. Esta técnica tiene una alta incidencia de seudoartrosis por lo que no es recomendable por la mayoría de los autores.

Thompson y Loomer: se realiza un abordaje posteromedial con el tobillo en máxima flexión plantar, luego se da extensión identificamos y separamos el paquete vasculonervioso y el flexor largo
OSTEOCONDRITIS DE ASTRÁGALO

Este tipo de lesiones que afectan al cartílago del astrágalo, es una de las que más avances han tenido para su tratamiento. Son frecuentes y suelen requerir tratamiento quirúrgico.

Las causas son desconocidas, aunque los traumatismos del tobillo puede ser la causa más probable. Cuando se desprende un fragmento de cartílago dentro de la articulación el funcionamiento de esta se altera considerablemente dando lugar siempre a la aparición de artrosis. El uso de pruebas como el escáner es más sensible que la resonancia en determinar la magnitud de la lesión. El uso de la artroscopia para hacer un desbridamiento y perforaciones de la lesión ha mostrado tener un alto índice de malos resultados. Actualmente los dos tratamientos más eficaces son la mosaicoplastia y el cultivo de condorcitos. La mosaicoplastia o trasplante osteocondral autólogo, consiste en extraer cilindros de cartílago y hueso de zonas que no reciben carga en la rodilla e insertarlos en la zona de cartílago lesionada del astrágalo, en nuestra estadística hemos tenido un 100 % de éxito en más de cincuenta casos operados. El cultivo de condorcitos es también efectivo pero su alto precio así como un menor porcentaje de buenos resultados, hace que hayamos elegido para nuestros pacientes la mosaicoplastia como tratamiento de elección.

Osteo1 Osteo2 Osteo3

http://www.iicop.com/web/index.php?option=com_content&task=view&id=45&Itemid=9

Osteocondritis

La Osteocondritis forma parte de las lesiones deportivas frecuentes que se produce en los extremos de las articulaciones que se encuentran recubiertas por un cartílago, la cual tiene como función permitir el correcto desplazamiento entre un hueso y otro, brindando una superficie lo más lisa posible.

Así la fricción se reduce al mínimo entre los extremos de los huesos, en combinación con otros elementos y el liquido sinovial de la articulación, generando la correcta funcionalidad.

Si bien el paso de los años en nuestro organismo, producen un desgaste natural en las articulaciones, las lesiones deportivas o no lo aceleran y en algunos casos llega a desaparecer por la misma lesión o por tratamientos erróneos, que van separando fragmentos, haciendo que la superficie, deje de estar lisa, a pesar de que este cartílago es muy resistente, llega a lesionarse.

Como ejemplo didáctico cuando afecta a la rodilla en el caso de un atleta que se lesionaba hace muchos años atrás, la rodilla o los meñiscos, prácticamente se consideraba terminada su carrera, ya que antiguamente los meñiscos se quitaban por completo, sin importar que parte era la afectada, retirándole lo que se llama “empaque y amortiguador” de la rodilla.

Tampoco se recomendaba la practica de otro tipo de ejercicios que no recargaran a la rodilla, como consecuencia posterior después de 15 años la rodilla comenzaba a deformarse y con ello a doler e inflamarse (la inflamación es una reacción del cuerpo, que cumple una función de protección para evitar seguir dañando la zona), en el extremo de los huesos donde se reciben los impactos, siendo esta condición la que se llama Osteocondritis o desgaste del cartílago.

Se manifiesta frecuentemente en los atletas por las exigencias naturales a que deben someterse las articulaciones, pero fundamentalmente en los que se ha lesionado y no prestaron atención en el momento, dejando pasar tiempo agravan la condición.

http://www.blogorama.com.mx/Salud-y-Bienestar/osteocondritis/

OSTEOCONDRITIS DISECANTE

Tengo una osteocondritis disecante del astragalo. ¿Cómo puedo favorecer mi recuperacion, sabiendo que no puedo hacer ningun tipo de deporte que produzca un fuerte impacto en el pie al menos por 4 o 5 meses?

Si realmente es una osteocondritis, con un fragmento ósteo-condral (cartílago y su parte de hueso subyacente) desprendido, es probable que la única solución sea quirúrgica.

osteocondritis disecante tobillo astragalo traumatologia

Para tomar la decisión hay que tener en cuenta todos los factores acompañantes: clínica (sintomatología), edad, actividad deportiva, etc. Es evidente que no se debe intervenir a un anciano o a una persona sedentaria que no presente manifestaciones clínicas, pero sí a una persona "normal", con una actividad física moderada que produzca sintomatología inflamatoria. Mucho más si es un deportista en activo. Si se desprende el fragmento, es imprescindible retirarlo para evitar males mayores. En algunos casos, con un fragmento que no ha llegado a desprenderse totalmente, que no está libre dentro de la articulación, puede intentarse la síntesis por varios métodos. El más común consiste en "clavar" el fragmento al lecho óseo de base con clavitos de Smillie o, como se viene haciendo desde hace algún tiempo, con tornillos de doble cabeza roscada, tipo Herbert, como los utilizados en la fractura de escafoides carpiano. En cualquier caso, la decisión importante es si se debe o no intervenir. La elección de la técnica corresponde al cirujano. Recomendamos la visita al especialista, a ser posible un artroscopista con experiencia en cirugía de tobillo, para valorar todas las posibilidades.

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Tengo 28 años y desde los 17 tengo diagnosticada una osteocondritis disecante en ambas rodillas de grado 4 el mas grave, no me dan ninguna solucion, de la rodilla derecha que es la que tengo mejor , me han hecho dos astroscopias par sacarme cuerpos desprendidos, esto que sera siempre asi? a mi de momento no me duele, solamente a veces cuando me pongo tacones o salgo de marcha y bailo mucho un poco pero que ni tan siquiera me tomo un analgesico , pongo hielo , lo que si noto son las rodillas deformadas. El doctor me dio xicil, para toda mi vida, pero me sienta fatal, me dan taquicardias y me pongo muy nerviosa, hay alguna cosa natural que pueda tomar que tenga colageno o ....

Por lo que cuentas, estás muy bien tratada. La intervención mediante artroscopia pretende retirar los fragmentos desprendidos y limpiar el lecho de la osteocondritis. También se practican perforaciones en el hueso para revitalizar la zona con un sangrado. La decisión de cuándo, cómo y cuántas veces es preciso hacerlo, corresponde a tu cirujano. También hay técnicas que intentar reparar la lesión: implante de cultivo de condrocitos, mosaicoplastia, la "chincheta" que es una especie de miniprótesis clavada al hueso para tapar la úlcera cartilaginosa, etc. Como medidas conservadoras recomendamos una pauta de ozonoterapia (asegúrate que la aplica alguien que sea de verdad un experto) y que puede completarse con una o varias infiltraciones de ácido hialurónico.



Me han diagnosticado geoda subcondral de 1.5cm de diametro localizada en el margen medial de la cupula talar, con esclerosis y edema circundante, me han prescrito condrosan 1-0-1 y cartisorb 0-1-0 durante seis meses, mi problema es que tengo mucho dolor en el pie. hoy tenia la revision de los 6 meses, me atendio otro medico el cual me dice que el dolor no tiene nada que ver con la lesion puesto que en el cartilago no hay terminaciones nerviosas que transmitan el dolor. Mi pregunta es porque tengo tanto dolor cual es el remedio para esto tengo 47 años soy una persona muy activa

Imaginamos que antes de escribirnos has explorado nuestra página. Entre los artículos de Trauma habrás visto el referido a osteocondritis. Poco más que eso podemos añadir. En un caso como el tuyo, a tu edad y en la actividad profesional que desarrollas, si el dolor te amarga la vida y no te deja trabajar, tendrás que plantearte la posibilidad quirúrgica. Mientras lo decides, el tratamiento más indicado es el que te han recomendado. Se podría completar con alguna inyección intraarticular; por ejemplo, con una tanda combinada de ozono y ácido hialurónico.

También es aconsejable realizar un estudio de la pisada en estático y durante la marcha. Quizá necesites una corrección con plantillas a medida. Consulta con tu traumatólogo y déjate guiar. Es quien más datos tiene de tu caso.


Tengo mi hijo de 8a ños y el medico dice que tiene osteocondritis en los tobillos. He leido pero no me quedo muy claro. Podrian darme más información y si a esta edad hay algun tratamiento?

La osteocondritis disecante de astrágalo puede remitir espontáneamente en un niño de ocho años si se trata de una lesión estándar y no persistan las causas predisponentes. Puede también requerir a largo plazo un tratamiento quirúrgico pero, salvo que la gravedad del caso o su desarrollo progresivo lo exijan, es aconsejable esperar una edad más propicia del paciente. En ese caso, como habrá tenido ocasión de leer en nuestra página, la técnica artroscópica ofrece muy buenas perspectivas. Le recomendamos un estudio anatómico de su hijo para comprobar si existen desviaciones de ejes o de apoyo plantar y un estudio dinámico de la marcha para comprobar si existen factores susceptibles de corrección mediante plantillas a medida.


Yo me opere hace 9 meses de una osteocondritis de astragalo con la mala fortuna de que a las 20 dias se infecta el tobillo , luego me hacen 3 lavados quirurgicos y suficiente antibiotico para solucionar ese tema , hoy en dia el dolor sigue en todo el tobillo cuando uno camina o esta parado. Que opciones me quedan?

Nos resulta muy difícil contestar a su consulta. Ya sería difícil hacerlo directamente, en una consulta personal con la posibilidad física de la exploración médica, pero hacerlo en la distancia y "de oídas" sería una irresponsabilidad por nuestra parte. Lo más correcto es seguir las indicaciones del especialista que trata su caso. Entendemos que las molestias actuales no son de extrañar ya que ha sufrido Vd. una artritis séptica e ignoramos qué secuelas ha dejado en su cartílago y, en general, en toda su articulación. Podemos apuntar cuál sería en términos generales nuestra actitud respecto a su caso de la misma manera que en un libro o en un manual puede recoger recomendaciones generales.

Para el tratamiento agudo de la artritis, el tratamiento es exactamente el que refiere que le han aplicado. Últimamente se añade la posibilidad de completar los lavados con ozonoterapia, que ha demostrado buen poder antiséptico. En su caso, parece que el tratamiento dio resultado. Para el problema residual de su cartílago puede ser útil la aplicación de ácido hialurónico. Para las secuelas más graves, necesita la valoración de su especialista.

http://www.biolaster.com/traumatologia/consultas/osteocondritis_disecante

Osteocondritis disecante de Kon

Osteocondritis disecante de Konig

Osteocondritis disecante de Konig

CONCEPTO y EPIDEMIOLOGíA

Demarcación y desprendimiento de un fragmento osteocondral en la rodilla como consecuencia de traumatismos y/o alteraciones vasculares. Suele presentarse entre los 15 y 20 años, constituyendo la causa más frecuente de cuerpos libres a esta edad. Es más frecuente en el sexo masculino. El 85% de los casos se localizan en el cóndilo femoral medial y el 70% lo hacen en el borde lateral del mismo, sobre la zona intercondílea, en la llamada “área clásica”. Suele ser unilateral.

MANIFESTACIONES CLíNICAS y DIAGNÓSTICO

Antes de desprenderse el fragmento, el paciente refiere dolor de intensidad variable que puede acompañarse de derrame articular; suelen caminar con la tibia en rotación externa y presentar dolor con la extensión de la rodilla en rotación interna. Cuando el fragmento se desprende aparecen episodios de bloqueo y el paciente llega a identificar el “ratón articular”. La radiografía de elección es la anteroposterior en visión de túnel.
La R.M es el método complementario que mejor delimita la extensión de la lesión.

TRATAMIENTO

En los pacientes menores de 12 años, lo habitual es que la lesión cure de forma espontánea y debe realizarse inicialmente un tratamiento conservador; si pasadas ocho o diez semanas persiste la sintomatología, está indicada la artroscopia para realizar perforaciones sobre las lesiones que resulten estables (estimulando la unión) o fijar con agujas aquellas que sean inestables. En pacientes de mayor edad la curación espontánea es, por el contrario, rara, por lo que la artroscopia debe realizarse de forma precoz y en las lesiones inestables extirpar el fragmento para realizar perforaciones en su lecho o colocar en el mismo un injerto osteocondral.

http://www.blog-medico.com.ar/noticias-medicina/osteocondritis-disecante-de-konig.htm